Paloma

Paloma

11 enero 2011

Yo y mi bata

Llevo una semana comiendo. Me lo estoy comiendo todo y estoy de mala leche. Pero no creáis que es por comer...no, eso lo llevo bastante bien. Es porque me aburro.

Antes tenía que pensar cuántas capas me iba a poner para ir a trabajar, porque sí, trabajaba muchas horas en la calle e iba como si Barbie Montañas hubiera arrasado en el mercadillo. Me resultaba gracioso ver a las 6 de la mañana a la gente en el metro que me miraba como quieriéndome avisar, sin atreverse, de que esa línea no paraba en Sierra Nevada.

Pues bien, ya no tengo que pensar, la bata de lunares siempre queda bien en casa. Y lo calentita que es, y las sonrisas que provoca. Es como si al monstruo de las galletas le hubiera salido un sarpullido a topos amarillos y naranjas. No sé en qué momento mi madre pensó que me podía perder en mi propia casa...porque si no lo hizo para que me encontraran, no lo entiendo. Me he hecho la loca ante personas que me recomendaban que la quemara sin pensarlo dos veces. De hecho, mi padre intentó una vez acabar con ella utilizándola a modo de burbujitas protectoras de un deshumidificador lleno de polvo.

Nos sentimos aludidas, mi madre, la bata y yo.

A lo que iba, que me aburro. Y no es un aburrimiento cualquiera. Es un aburrimiento de esos que aburren de verdad. No sé estar sin trabajar. Lo he intentado. Y me he puesto literalmente enferma de intentarlo. - Cómo es el cuerpo...reflexiona una voz de 60 años dentro de mí... - Aguanta, aguanta hasta que se relaja... Y eso es lo que pasa, que uno no se puede relajar.

Y todo va de mal en peor. Como el lunes no tenía que madrugar, el domingo visité La Latina. Como en los bares ya no se podía fumar pero sí beber o ponerse de cocaína hasta el culo en los lavabos...tuve que salir a la calle. Como el bar estaba tan lleno, y yo tan relajada, decidí que la chaqueta no me hacía falta (uno no siempre toma la decisión correcta). Como en la calle había gente muy simpática, me quedé un rato más de lo que dura un cigarro. Como en vez de las 10 (hora programada) fueron las 3 (hora asumida) me he puesto enferma.

Eso sí, ahora no fumo, no bebo porque tomo antibióticos y no trabajo. Y el facebook, testigo de todo eso, no se calla ni una...- Muchacha, siempre estás conectada... - Por si hago falta mujé!.

Cuando el monstruo de las galletas me vomite, los virus abandonen mi cuerpo y suene el teléfono...resurgiré.


Amén.


1 comentario:

  1. Conozco esa bata y esa sensación de aburriemiento.Además sé lo que te gusta mezclar leche con cereales a cualquier hora del día o la noche
    ¿¿Tengo que ponerme mi capa e ir volando a salvarte??

    Lo haría hermana.

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